Introducción
En el mundo empresarial actual, la estructura de acciones dentro de una sociedad anónima ha evolucionado significativamente, lo que ha llevado a una reevaluación de su naturaleza. Las acciones, históricamente consideradas títulos de crédito circulatorios, han visto su definición y funcionalidad afectadas por diversas normativas y modificaciones legales. Este artículo se propone explorar cómo la desnaturalización de las acciones como títulos de crédito ha modificado la percepción de estas en el ámbito financiero y societario, ofreciendo una guía
comprensible para aquellos interesados en comprender estos cambios desde la perspectiva legal.
La Desaparición del Título de Crédito por las Acción Escriturales
La transformación más notable en la naturaleza de las acciones se da en el contexto de las acciones escriturales. Estas acciones, que existen únicamente como anotaciones en libros contables o registros electrónicos, carecen de un título físico que las respalde. Como resultado, estas acciones no pueden ser consideradas títulos de crédito en el estricto sentido. En este sentido, son clasificados como "títulos valores no cartulares", lo que cambia radicalmente la dinámica de su circulación y transmisión.
Con las acciones escriturales, se redefine no solo la propiedad, sino también los derechos asociados a la misma, limitando las posibilidades de negociación y complicando la comprensión de su valor en el mercado.
El Cambio hacia Valores Negociables
La modernización de la normativa ha llevado a una conceptualización más amplia de las acciones como valores negociables. Este cambio implica que las acciones ya no solo se ven como títulos de crédito, sino como derechos patrimoniales circulatorios que pueden ser gestionados a través de contabilidad y tecnologías modernas. Este nuevo enfoque proporciona una mayor flexibilidad y adaptabilidad en el manejo de inversiones y activos, permitiendo una circulación más fluida y accesible.
Según la doctrina moderna, las acciones poseen características que son fundamentales
para su clasificación como valores negociables. A continuación, exploraremos estas características en detalle:
1. Valores en Masa o en Serie: Las acciones se emiten no de manera individual, sino en masa, lo que significa que se crean en bloque durante la constitución de la sociedad o en aumentos de capital. Esta característica permite una mayor eficiencia en la emisión y transferencia de acciones.
2. Valores Transmisibles o Negociables: La naturaleza transmisible de las acciones es esencial. Las legislaciones establecen reglas claras que prohíben condicionantes que puedan hacer ilusorio este derecho, lo que permite su negociación activa en el mercado.
3. Valores de Participación Social: Las acciones confieren derechos económicos, así como derechos de participación en las decisiones de la sociedad. Esto incluye el derecho a voto en asambleas y a recibir información sobre la situación financiera de la empresa. Esta característica refuerza la idea de la acción no solo como un activo financiero, sino como una expresión del papel del accionista dentro de la empresa.
4. Valores de Ejercicio Continuado: Los derechos conferidos por las acciones no se agotan con un solo ejercicio; son continuos y permiten múltiples interacciones, como el derecho a voto o a participar en dividendos a lo largo de la vida de la sociedad.
5. Valores Causales: La acción se basa en su causa de existencia, y no es abstracta. Esto significa que las acciones representan un compromiso claro dentro del marco legal y contractual entre los accionistas.
6. Valores de Renta Variable: A diferencia de las obligaciones de deuda que garantizan un rendimiento fijo, las acciones ofrecen derechos económicos que son aleatorios y dependen del desempeño de la empresa. Esto implica que al ser socio, uno asume los riesgos y beneficios inherentes a la participación en una empresa.
7. Valores Fungibles: Las acciones de una misma clase tienen el mismo valor y pueden ser intercambiadas sin necesidad de identificar cada una por una. Esto permite su negociación sin necesidad de identificarlas, lo que facilita las transacciones y permite el depósito colectivo de las acciones representadas cartularmente.
8.
Valores Indivisibles: Se establece que los derechos conferidos por una acción no
pueden ser ejercidos por personas diferentes cuando hay copropiedad. Esto
implica que para ejercer derechos como el voto o el derecho a dividir
utilidades, los propietarios de la acción deberán unificarse en su
representación.
9.
Cosas Muebles o Bienes Muebles: Al ser representadas físicamente como
títulos, las acciones son consideradas bienes muebles que pueden ser sujetos de
diversos negocios jurídicos, como la compraventa, donación o garantía. Esto les
otorga una versatilidad que es crucial en el manejo financiero y la inversión.
Implicaciones Prácticas de la Desnaturalización de las Acciones como Títulos de Crédito
Con esta revisión de cómo las acciones han evolucionado de títulos
de crédito a valores negociables, surgen diversas implicaciones prácticas para
inversores, empresas y reguladores:
Mayor Transparencia y Seguridad: La incorporación de un sistema de registro
de acciones y electrónico para las acciones escriturales ofrece un nivel
adicional de transparencia en la propiedad y la circulación de acciones. Esto
facilita el seguimiento y la verificación de las transacciones.
Flexibilidad en la Inversión: Para los inversionistas, el cambio a un
sistema más ágil y digital permite la compra, venta y gestión de acciones de
manera más eficiente. Las plataformas digitales pueden facilitar la negociación
de acciones, permitiendo transacciones casi inmediatas.
Nuevas Oportunidades de Financiación: La forma en que se
emiten y se gestionan las acciones puede abrir nuevas vías de financiación para
las empresas. La innovación en la representación de las acciones puede ampliar
el acceso a capital e inversores.
Conclusión
La desnaturalización de las acciones como títulos de crédito en el
contexto contemporáneo ha traído consigo un cambio de paradigmas en la forma de
entender e interactuar con las acciones dentro del ámbito empresarial. Entender
que las acciones ahora se perciben como valores negociables puede ofrecer
nuevas oportunidades, pero también introduce complejidades que deben ser
consideradas por todos los actores involucrados.
Como abogado, es esencial no solo estar al tanto de estas
evoluciones legales, sino también ayudar a los clientes a navegar por este
nuevo paisaje financiero y empresarial. La correcta asesoría en la emisión,
negociación y participación en acciones puede hacer la diferencia en la gestión
de activos y en la toma de decisiones estratégicas. Se recomienda a las
empresas, inversores y asesores legales que revisen y adecuen sus estrategias
conforme a estas nuevas realidades para capitalizar las oportunidades que
ofrecen.
Con la comprensión de la nueva naturaleza de las acciones y su
impacto dentro del marco legal, tanto los accionistas como las empresas pueden
beneficiarse de un entorno más dinámico, transparente y eficiente. La evolución
de las acciones como valores negociables representa una oportunidad para la
innovación y el crecimiento en el mundo financiero.
Ante cualquier consulta pueden enviarme un mail a dr.boianover@estudioboianover.com.
La primera consulta es gratis.
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